Hoy Día especial... tanto en la
historia de España como en mi historia personal. El día como hoy, hace
cuatro años, el avión Kiev–Madrid me llevó a las tierras ibéricas para
comenzar mi experiencia que el destino quiso convertir en un viaje iniciático.
Curiosamente, el día de hoy también coincide con una fecha aún más importante y mística... con unos veinte años desde el momento cuando mi vida dió un giro
inesperado para una niña ucraniana de trece años, un giro que me hizo coger el
camino que finalmente me llevó aquí donde estoy.
Hoy es un buen momento para recordar. Se me ha grabado en mi memoria aquel día cuando ví por la televisión
un programa sobre España, un programa que determinó mi camino vital. No era ni un simple interés, ni curiosidad, era un sentimiento claro e inexplicable de pertenecer, una especie de convicción interior de que lo que
veía y escuchaba en aquel momento no me era nada ajeno. Algo inexplicable que
me hizo aprender un idioma tan diferente de mi lengua materna, algo que finalmente
convirtió aquel interés infatil en mi profesión, mi ocupación, en mi vida, en
lo que hoy día soy.
Hoy celebro en mi corazón mi propio Día de Hispanidad. Hoy
celebro esos 20 años de mi relación con España y esos 4 años de mi nueva vida
con el sabor a jamón. Ya es una relación duradera, y, aunque me enfado muchas
veces con España como nos enfadamos con las personas muy queridas, y a pesar de esos
momentos y rachas cuando me siento a punto de rendirme, sé que aquí estoy y aquí
estaré, y no sólo por haber estado atrapada por las circunstancias, sino porque
así fue mi elección, porque hoy día más que nunca mi corazón no me dejaría ir,
porque es este país que me regala mis momentos más valiosos de
felicidad que no cambiaría por ninguna establilidad ilusoria en el mundo.
Hoy
no tengo ganas de escribir sobre las realidades de aquellos que tenemos el
pasaporte de otro color, hoy no me apetece pensar en lo difícil que es el
camino de una persona apatriada, hoy sólo quiero sentirlas y celebrarlas, estas
tierras del sol... el sol que hoy no se ve, pero sé que siempre está ahí detrás de las nubes y, sólo saber que
está... me calienta el corazón.
Sé también que nunca va a ser un camino fácil, pero sé que otro camino no eligiría. Hoy día lo sé más que nunca. Hoy mi corazón también está con los míos que no tuvieron otra
opción que aceptar mi partida, que me apoyaron a pesar de su propio dolor de la
distancia que nos sigue separando. Pero, hoy más que nunca mi familia se alegra por este destino mío tan atípico, que finalmente me había salvado de aquello que ha tocado vivir a mis tierras. Y, con una alegría en el corazón, hoy pienso en aquellos que
están aquí más cerca, en estas maravillas en personas que han llegado a mi nueva vida, como si siempre hubieran estado en ella, y la están pintando de los
colores vivos... hoy pienso en ese regalo más grande que me ha hecho España que, esté yo donde esté, siempre lo voy a llevar dentro de mí...
Un sentimiento no se puede expresar mejor...
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias. Lo que me ha dictado el corazón.
EliminarUn saludo